Los científicos han observado en directo lo que sucede en el cerebro cuando creamos pensamientos abstractos. Lo han conseguido elevando la Inteligencia Artificial al nivel de la inteligencia humana, que por primera vez podría realizar el lavado de cerebro.
Investigadores japoneses han descubierto lo que sucede en el cerebro cuando las personas creamos pensamientos abstractos.
La abstracción es una capacidad exclusiva de la especie humana que permite organizar la información más allá de la realidad sensorial inmediata.
Necesitamos pensar constantemente en términos abstractos, ya que nuestro mundo sería demasiado complejo de otra manera, señalan los investigadores en un comunicado.
El pensamiento abstracto es, por tanto, la extracción y organización de información esencial de una gran cantidad de información.
La nueva investigación examinó cómo los humanos piensan de manera abstracta cuando aprenden nuevas reglas desconocidas, midiendo su actividad cerebral mediante fMRI.
La resonancia magnética funcional (fMRI) es una técnica no invasora y segura que se utiliza para medir y correlacionar las actividades del cerebro. Mide cambios en el flujo de sangre del cerebro asociados con una actividad cerebral.
Los investigadores usaron una técnica de Inteligencia Artificial, conocida como aprendizaje automático, y neuroimagen avanzada, para detectar cuándo una representación mental aparece en el cerebro sin que nos demos cuenta, ya que está por debajo del nivel de consciencia.
Cuando eso ocurría, los investigadores proporcionaban a las 33 personas participantes en el experimento una pequeña recompensa.
De esta forma, esa representación mental quedaba subjetivamente asociada a la recompensa, es decir, con un valor.
Tema relacionado: Tenemos los códigos neuronales para interpretar los pensamientos
A la vista de los científicos
Los investigadores consiguieron así “engañar” al cerebro de los participantes, ya que se les acostumbró a usar representaciones mentales para construir pensamientos abstractos, todo ello a la vista de los científicos.
Los investigadores descubrieron entonces que, al resolver problemas con el pensamiento abstracto, el cerebro usa preferentemente una región específica que está involucrada en los juicios de valor.
En 2010, una investigación desarrollada en el MIT estableció que la capacidad para emitir ciertos juicios de valor acerca de las acciones de otros, depende de un área concreta del cerebro conocida como corteza prefrontal ventromedial (vmPFC).
La nueva investigación establece ahora que existe una relación causal entre la actividad cerebral que se produce en esa región del cerebro cuando se espera valor, y el pensamiento abstracto.
Más concretamente, ha determinado por primera vez que la vmPFC está profundamente involucrada en las decisiones de búsqueda de recompensa: está conectada funcionalmente a la corteza visual en la construcción de una nueva señal de valor.
La nueva investigación comprobó que, al resolver problemas con el pensamiento abstracto, los participantes en esta investigación utilizaron preferentemente esa región del cerebro involucrada en el juicio de valor.
Finalmente, esta investigación consiguió también promover el uso del pensamiento abstracto en los participantes, al agregar artificialmente valor a la actividad cerebral correspondiente a la información abstraída, mediante una tecnología conocida como Decoded Neurofeedback (DecNef).
Primicia científica
Hasta ahora, ninguna investigación había aclarado cómo el cerebro crea un pensamiento abstracto a partir de información sensorial como la visión.
Además, tampoco estaba claro cómo el cerebro aprende naturalmente el pensamiento abstracto para resolver problemas nuevos y desconocidos.
Los investigadores consideran que su descubrimiento no solo constituye una aproximación inédita a la base de la importante función del cerebro humano que es el pensamiento abstracto, sino que también contribuye a nuevos desarrollos de la inteligencia artificial.
Según este estudio, las representaciones de las regiones cerebrales que el cerebro utiliza normalmente para tomar decisiones en previsión del valor monetario, pueden ser la base de la capacidad del cerebro para generar pensamientos abstractos.
Si esto es cierto, se puede esperar que agregar valor a la actividad cerebral al observar un factor visual, facilite particularmente el pensamiento abstracto asociado, destacan los investigadores.
La conclusión general a la que llegan es que el juicio de valor y el pensamiento abstracto están relacionados.
Asimismo, consideran que este estudio aportará nuevos conocimientos sobre nuevos métodos de aprendizaje y rehabilitación para pacientes con enfermedades mentales.
¿Lavado de cerebro?
Por último, señalan que comprender cómo los humanos aprenden de una pequeña cantidad de muestras cuando el problema es complejo, es algo bueno en sí mismo, pero advierten también que el resultado de este trabajo es el desarrollo de una nueva IA que alcanza el nivel de la inteligencia humana: puede promover en el cerebro el pensamiento abstracto.
“Algunos pueden pensar que desarrollar un protocolo de este tipo es similar a algún tipo de lavado de cerebro. Consideraremos detenidamente estos problemas potenciales y trabajaremos con expertos en ética y bioética para abordar los problemas éticos mediante la evaluación de los investigadores de la Comisión de Ética y Seguridad”, concluyen los investigadores.
Investigadores japoneses han descubierto lo que sucede en el cerebro cuando las personas creamos pensamientos abstractos.
La abstracción es una capacidad exclusiva de la especie humana que permite organizar la información más allá de la realidad sensorial inmediata.
Necesitamos pensar constantemente en términos abstractos, ya que nuestro mundo sería demasiado complejo de otra manera, señalan los investigadores en un comunicado.
El pensamiento abstracto es, por tanto, la extracción y organización de información esencial de una gran cantidad de información.
La nueva investigación examinó cómo los humanos piensan de manera abstracta cuando aprenden nuevas reglas desconocidas, midiendo su actividad cerebral mediante fMRI.
La resonancia magnética funcional (fMRI) es una técnica no invasora y segura que se utiliza para medir y correlacionar las actividades del cerebro. Mide cambios en el flujo de sangre del cerebro asociados con una actividad cerebral.
Los investigadores usaron una técnica de Inteligencia Artificial, conocida como aprendizaje automático, y neuroimagen avanzada, para detectar cuándo una representación mental aparece en el cerebro sin que nos demos cuenta, ya que está por debajo del nivel de consciencia.
Cuando eso ocurría, los investigadores proporcionaban a las 33 personas participantes en el experimento una pequeña recompensa.
De esta forma, esa representación mental quedaba subjetivamente asociada a la recompensa, es decir, con un valor.
Tema relacionado: Tenemos los códigos neuronales para interpretar los pensamientos
A la vista de los científicos
Los investigadores consiguieron así “engañar” al cerebro de los participantes, ya que se les acostumbró a usar representaciones mentales para construir pensamientos abstractos, todo ello a la vista de los científicos.
Los investigadores descubrieron entonces que, al resolver problemas con el pensamiento abstracto, el cerebro usa preferentemente una región específica que está involucrada en los juicios de valor.
En 2010, una investigación desarrollada en el MIT estableció que la capacidad para emitir ciertos juicios de valor acerca de las acciones de otros, depende de un área concreta del cerebro conocida como corteza prefrontal ventromedial (vmPFC).
La nueva investigación establece ahora que existe una relación causal entre la actividad cerebral que se produce en esa región del cerebro cuando se espera valor, y el pensamiento abstracto.
Más concretamente, ha determinado por primera vez que la vmPFC está profundamente involucrada en las decisiones de búsqueda de recompensa: está conectada funcionalmente a la corteza visual en la construcción de una nueva señal de valor.
La nueva investigación comprobó que, al resolver problemas con el pensamiento abstracto, los participantes en esta investigación utilizaron preferentemente esa región del cerebro involucrada en el juicio de valor.
Finalmente, esta investigación consiguió también promover el uso del pensamiento abstracto en los participantes, al agregar artificialmente valor a la actividad cerebral correspondiente a la información abstraída, mediante una tecnología conocida como Decoded Neurofeedback (DecNef).
Primicia científica
Hasta ahora, ninguna investigación había aclarado cómo el cerebro crea un pensamiento abstracto a partir de información sensorial como la visión.
Además, tampoco estaba claro cómo el cerebro aprende naturalmente el pensamiento abstracto para resolver problemas nuevos y desconocidos.
Los investigadores consideran que su descubrimiento no solo constituye una aproximación inédita a la base de la importante función del cerebro humano que es el pensamiento abstracto, sino que también contribuye a nuevos desarrollos de la inteligencia artificial.
Según este estudio, las representaciones de las regiones cerebrales que el cerebro utiliza normalmente para tomar decisiones en previsión del valor monetario, pueden ser la base de la capacidad del cerebro para generar pensamientos abstractos.
Si esto es cierto, se puede esperar que agregar valor a la actividad cerebral al observar un factor visual, facilite particularmente el pensamiento abstracto asociado, destacan los investigadores.
La conclusión general a la que llegan es que el juicio de valor y el pensamiento abstracto están relacionados.
Asimismo, consideran que este estudio aportará nuevos conocimientos sobre nuevos métodos de aprendizaje y rehabilitación para pacientes con enfermedades mentales.
¿Lavado de cerebro?
Por último, señalan que comprender cómo los humanos aprenden de una pequeña cantidad de muestras cuando el problema es complejo, es algo bueno en sí mismo, pero advierten también que el resultado de este trabajo es el desarrollo de una nueva IA que alcanza el nivel de la inteligencia humana: puede promover en el cerebro el pensamiento abstracto.
“Algunos pueden pensar que desarrollar un protocolo de este tipo es similar a algún tipo de lavado de cerebro. Consideraremos detenidamente estos problemas potenciales y trabajaremos con expertos en ética y bioética para abordar los problemas éticos mediante la evaluación de los investigadores de la Comisión de Ética y Seguridad”, concluyen los investigadores.
Fuente TENDENCIAS 21