La inteligencia artificial nos permitirá escribir con el pensamiento

Las interfaces tecnológicas nos permitirán mejorar muchas de nuestras capacidades dentro de poco. Ahora mismo, ya hay personas con tetraplejia que pueden escribir en un ordenador solo con pensarlo gracias a la inteligencia artificial.

Imaginar ahora mismo que, dentro de poco, el ser humano será capaz de escribir con el pensamiento puede sonar a ciencia-ficción. En cierto modo, aquella mítica frase que dijo Arthur C. Clarke en su día sobre que “la magia solo es ciencia que aún no entendemos”, no deja de hacerse realidad cada día. Porque la inteligencia artificial está siendo ese artífice que hace posible lo imposible.

Si hay algo con lo que siempre hemos soñado es con realizar cosas mediante el poder de la mente. Todos recordamos aquella escena en la que Luke Skywalker ponía a prueba su telequinesis, tras ver cómo Yoda levantaba su nave del pantano solo con sus capacidades mentales. El ser humano del siglo XXI aspira a realizar tareas algo parecidas.

¿De qué manera? La clave está en nuestra eterna aliada: la tecnología y la inteligencia artificial. Ejemplo de ello es una noticia reciente. Los científicos han creado un interfaz que permite a un hombre con tetraplejia trasformar sus pensamientos en letras a través de un ordenador. ¿Magia? En absoluto, es ciencia.

Los interfaces cerebro-ordenador serán dentro de poco esos mecanismos que amplíen muchas de nuestras capacidades ordinarias. El transhumanismo ha llegado para quedarse.

Escribir con el pensamiento ¿cómo es posible?

Imaginemos al cerebro como un sofisticado ordenador. Más allá de sus arterias, circunvoluciones, vasos sanguíneos, astrocitos, oligodendrocitos y microglía, lo que abundan son las conexiones eléctricas. Cada movimiento, el acto de mirar, hablar, escuchar, sentir, leer o escribir, todo ello es el resultado de un patrón concreto de actividad eléctrica en una región determinada.

Saber esto nos ofrece múltiples posibilidades. Tanto es así, que el transhumanismo, es decir, el hecho de aplicar la tecnología para mejorar las capacidades humanas es ya una realidad evidente. En la actualidad, ya tenemos más de un “cyborg“. Ejemplo de ello es Neil Harbirson, un joven artista que padecía acromatopsia (incapacidad para percibir los colores).

Gracias a una interfaz en su cráneo, puede “escuchar” la energía electromagnética de los colores y dedicarse al arte. Ahora, hemos dado un paso más allá. En la actualidad, ya tenemos a una persona de 65 años con tetraplejia que puede escribir con el pensamiento a través de un ordenador.
Un futuro mejor para personas con parálisis o trastornos neurológicos

Los detalles de este avance e investigación se han publicado en la revistaNature. Una de sus autoras, la doctora Krishna Shenoy, de la Universidad de Stanford, señala que aunque el intento por escribir con el pensamiento es algo que ya se ha intentado con anterioridad, ahora mismo ya se ha logrado un gran hito.
Lo que se hizo es implantar múltiples sensores en el cerebro, en las áreas relacionadas con la escritura a mano. Seguidamente, al paciente, de 65 años e inmovilizado de cuello para abajo, se le pidió algo muy concreto. Que se imaginara a él mismo escribiendo cartas manuscritas.
A continuación, y a lo largo de varios meses, la inteligencia artificial de ese algoritmo en concreto fue aprendiendo. Día a día pudo procesar que, determinados patrones eléctricos, formaban ciertas palabras, las cuales reproducía en pantalla. Semana a semana, esa interfaz cerebro-ordenador fue adquiriendo la capacidad de trasladar en palabras lo que el paciente pensaba.

Escribir con el pensamiento para comunicarse con el mundo

El hecho de que una persona con tetraplejia pueda proyectar sus pensamientos en un ordenador es un gran avance. Esta tecnología facilita la conexión con el mundo de las personas con problemas de comunicación. Recordemos, por ejemplo, cómo se comunicaba Stephen Hawking.

El gran científico y divulgador perdió el habla en 1985. Primero, desarrollaron para él un sistema de tarjetas con letras impresas que, gracias al movimiento de sus cejas, iba señalando mientras otra persona descifraba cada palabra. Más tarde, y ya en el 2014, se desarrolló para él otro mecanismo.

Disponía de un sensor infrarrojo instalado en sus gafas que procesaba los movimientos de sus pómulos. De este modo, él seleccionaba en su ordenador determinados menús y más tarde, el propio programa ponía voz a sus palabras.

Si Hawking aún estuviera con nosotros, seguramente ya podría escribir con el pensamiento en su ordenador para comunicarse con el mundo. Esta técnica podría ser una aliada imprescindible en la vida de millones de personas con lesiones o enfermedades similares. También para quienes no puedan comunicarse por problemas vocales o escribir a mano por limitaciones de movimiento.

La tecnología y los avances en el mundo de la inteligencia artificial pueden ser la esperanza anhelada para quienes viven ahora postrados en el silencio, sin poder conectar con su entorno. Se espera que en poco más de una década lleguen notables cambios.

Neuralink, el proyecto de Elon Musk

Escribir con el pensamiento no será lo único que lograremos en poco tiempo. Neuralink es el proyecto que inició Elon Musk en el 2016 y que promete dar un giro a enfermedades hoy intratables. Mediante una serie de implantes neuronales y chips, se busca tratar las lesiones medulares, los problemas de visión, la epilepsia e incluso el párkinson o el alzhéimer.

El objetivo es poner a nuestro servicio todas las posibilidades que nos ofrecen ordenadores e ingenierías tecnológicas cada vez más sofisticadas. Máquinas que se combinan con lo biológico y lo neurológico que se programarán, dentro de muy poco, para “encender” funciones dañadas, capacidades que, por diversas razones, limitan la vida del ser humano.




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