Pueden provocar moderadas tormentas geomagnéticas y aurorasDos nuevas erupciones solares han lanzado al espacio ondas de radiación y viento solar que previsiblemente provocarán este fin de semana en nuestro planeta moderadas tormentas geomagnéticas y auroras.
Una mancha solar llamada AR2929 ha emitido dos erupciones solares, acompañadas de eyecciones de masa coronal, ha informado en twitter la Misión SOHO, una colaboración internacional entre la ESA y la NASA para estudiar el Sol desde su núcleo profundo hasta la corona exterior y el viento solar.
Aunque ninguna de las dos erupciones registradas se orientó hacia la Tierra, las eyecciones que actualmente están atravesando el espacio pueden dar golpes indirectos a la atmósfera de nuestro planeta y causar tormentas geomagnéticas menores, advierte ScienceAlert.
El primer estallido tuvo lugar el 18 de enero a las 5:44 p. m. UT y se clasificó como un destello de clase M1.5. El segundo entró en erupción el 20 de enero a las 6:01 am UT. Era más potente, registrando M5.5.
Ambos se consideran erupciones de nivel medio: aunque no constituyen la actividad más poderosa de la que es capaz nuestro Sol, son lo suficientemente fuertes como para que sus efectos se sientan en la Tierra.
Debido a esas erupciones solares, un estallido de rayos X ionizó la parte superior de la atmósfera de la Tierra, provocando apagones breves y menores de radio de onda corta; el primero sobre América del Sur y el segundo sobre el Océano Índico, según la citada revista.
Viento solar
Las eyecciones de masa coronal o CME están formadas por ondas de radiación y viento solar que se desprenden del Sol cuando la estrella atraviesa un periodo de máxima actividad.
Estas ondas, cuando llegan a la Tierra, pueden ser muy peligrosas, ya que dañan los circuitos eléctricos y los sistemas de comunicación, además de alterar el campo magnético de la Tierra temporalmente.
Las CME traen consigo miles de millones de toneladas de plasma de la corona solar: llevan un campo magnético incrustado y pueden generar tormentas geomagnéticas en nuestro planeta.
También pueden provocar auroras, que se producen cuando las partículas cargadas de la CME chocan e interactúan con la atmósfera y el campo magnético de la Tierra para producir magníficos espectáculos de luces en latitudes altas.
Máximo solar
Estas erupciones se están volviendo cada vez más frecuentes, a medida que el Sol alcanza el máximo solar, el pico de actividad solar que ocurre durante un ciclo de 11 años.
Este ciclo se basa en el campo magnético del Sol, que cambia cada 11 años, con los polos magnéticos norte y sur cambiando de lugar.
El mínimo solar más reciente tuvo lugar en diciembre de 2019, pero en la actualidad estamos en la etapa de aceleración, que alcanzará su punto culminante en el verano de 2025.
Es difícil predecir exactamente cómo será la actividad solar en cada momento de sus ciclos, por lo que a través de sondas y observatorios como Parker Solar Probe y Solar Dynamics Observatory, los científicos obtienen información para predecir las tormentas solares que pueden afectar a nuestro planeta.
Las últimas CME deben alcanzar la distancia orbital de la Tierra en algún momento durante los próximos días, con una buena posibilidad de auroras el fin de semana, señala ScienceAlert.
Antecedentes
Las últimas grandes tormentas solares ocurrieron en 1859 (evento Carrington) y 1921. El primer incidente creó una perturbación geomagnética tan grave en la Tierra que los cables de telégrafo estallaron en llamas, y las auroras –que normalmente solo son visibles cerca de los polos del planeta– se vieron cerca de la Colombia ecuatorial, según informó en su día LiveScience.
Incluso las tormentas más pequeñas pueden causar estragos: una de ellas, en marzo de 1989, dejó sin luz a toda la provincia canadiense de Quebec durante nueve horas.
Más recientemente, el 19 de octubre 2021, una eyección de masa coronal salió del Sol a 983 kilómetros por segundo y llegó a la Tierra tres días después, el 12 de octubre.
Según informó la NASA, esta erupción elevó el índice Kp, una medida de perturbación del campo magnético de la Tierra, a 6, que se considera nivel moderado (los niveles van desde el 0 al 9).
El impacto fue muy débil, notándose especialmente en un aumento de las auroras boreales en los polos.
Una mancha solar llamada AR2929 ha emitido dos erupciones solares, acompañadas de eyecciones de masa coronal, ha informado en twitter la Misión SOHO, una colaboración internacional entre la ESA y la NASA para estudiar el Sol desde su núcleo profundo hasta la corona exterior y el viento solar.
Aunque ninguna de las dos erupciones registradas se orientó hacia la Tierra, las eyecciones que actualmente están atravesando el espacio pueden dar golpes indirectos a la atmósfera de nuestro planeta y causar tormentas geomagnéticas menores, advierte ScienceAlert.
El primer estallido tuvo lugar el 18 de enero a las 5:44 p. m. UT y se clasificó como un destello de clase M1.5. El segundo entró en erupción el 20 de enero a las 6:01 am UT. Era más potente, registrando M5.5.
Ambos se consideran erupciones de nivel medio: aunque no constituyen la actividad más poderosa de la que es capaz nuestro Sol, son lo suficientemente fuertes como para que sus efectos se sientan en la Tierra.
Debido a esas erupciones solares, un estallido de rayos X ionizó la parte superior de la atmósfera de la Tierra, provocando apagones breves y menores de radio de onda corta; el primero sobre América del Sur y el segundo sobre el Océano Índico, según la citada revista.
Viento solar
Las eyecciones de masa coronal o CME están formadas por ondas de radiación y viento solar que se desprenden del Sol cuando la estrella atraviesa un periodo de máxima actividad.
Estas ondas, cuando llegan a la Tierra, pueden ser muy peligrosas, ya que dañan los circuitos eléctricos y los sistemas de comunicación, además de alterar el campo magnético de la Tierra temporalmente.
Las CME traen consigo miles de millones de toneladas de plasma de la corona solar: llevan un campo magnético incrustado y pueden generar tormentas geomagnéticas en nuestro planeta.
También pueden provocar auroras, que se producen cuando las partículas cargadas de la CME chocan e interactúan con la atmósfera y el campo magnético de la Tierra para producir magníficos espectáculos de luces en latitudes altas.
Máximo solar
Estas erupciones se están volviendo cada vez más frecuentes, a medida que el Sol alcanza el máximo solar, el pico de actividad solar que ocurre durante un ciclo de 11 años.
Este ciclo se basa en el campo magnético del Sol, que cambia cada 11 años, con los polos magnéticos norte y sur cambiando de lugar.
El mínimo solar más reciente tuvo lugar en diciembre de 2019, pero en la actualidad estamos en la etapa de aceleración, que alcanzará su punto culminante en el verano de 2025.
Es difícil predecir exactamente cómo será la actividad solar en cada momento de sus ciclos, por lo que a través de sondas y observatorios como Parker Solar Probe y Solar Dynamics Observatory, los científicos obtienen información para predecir las tormentas solares que pueden afectar a nuestro planeta.
Las últimas CME deben alcanzar la distancia orbital de la Tierra en algún momento durante los próximos días, con una buena posibilidad de auroras el fin de semana, señala ScienceAlert.
Antecedentes
Las últimas grandes tormentas solares ocurrieron en 1859 (evento Carrington) y 1921. El primer incidente creó una perturbación geomagnética tan grave en la Tierra que los cables de telégrafo estallaron en llamas, y las auroras –que normalmente solo son visibles cerca de los polos del planeta– se vieron cerca de la Colombia ecuatorial, según informó en su día LiveScience.
Incluso las tormentas más pequeñas pueden causar estragos: una de ellas, en marzo de 1989, dejó sin luz a toda la provincia canadiense de Quebec durante nueve horas.
Más recientemente, el 19 de octubre 2021, una eyección de masa coronal salió del Sol a 983 kilómetros por segundo y llegó a la Tierra tres días después, el 12 de octubre.
Según informó la NASA, esta erupción elevó el índice Kp, una medida de perturbación del campo magnético de la Tierra, a 6, que se considera nivel moderado (los niveles van desde el 0 al 9).
El impacto fue muy débil, notándose especialmente en un aumento de las auroras boreales en los polos.
Fuente LEVANTE