Cómo evitar Procrastinar

Hoy vamos a hablar de la procrastinación, que a grandes rasgos es lo que hace mucha gente, de dejar para mañana, lo voy a hacer después, lo voy a hacer más adelante.

A la procrastinación a veces, se la ha confundido con holgazanería. Vos sos un holgazán, andá a hacer las cosas o andá a trabajar o andá a estudiar, etc.

El tema que el procrastinar hoy se lo puede considerar un problema psicológico (contrario a lo que era antes, fíjense como va avanzando el tema), porque no es un asunto de no tener ganas; sino tiene que ver con todo el sistema emocional nuestro.

Procrastinar, si uno analiza el origen de la palabra, viene de “procrastinare” que significa postergar hasta mañana o si uno lo mira del antiguo griego, viene de “acracia” que significa hacer algo en contra de nuestro mejor juicio. Me gusta más la definición griega que la latina.

Acá la clave de procrastinar, el darnos cuenta, tiene que ver con una autoconciencia. Pero vamos a ir lentamente despejando todo esto.

Hoy hablar de procrastinar significa hablar del sistema emocional. Y procrastinamos hasta en forma inconsciente. Procrastinar no significa: tengo que hacer un trabajo y lo pospongo para mañana, o tengo que estudiar algo y lo pospongo para mañana o doy vueltas. No solo procrastinamos en esos ámbitos sino en otros ámbitos también. Es una situación psicológica en donde te lleva a actuar de esa manera, porque arranca de nuestros famosos estados de ánimo.

Porque el procrastinar también puede ser iniciar una dieta, iniciar un tratamiento que uno debe hacerse, iniciar algún trabajo para eliminar algún tipo de adicción, entonces la gente procrastina. Empiezo mañana, empiezo pasado, eso es procrastinar. La sensación que uno tiene de postergar las cosas, es procrastinar.

El procrastinar viene hasta en forma natural. Si lo vemos desde el ámbito psicológico; y por eso digo que tiene que ver con las emociones, la mayoría de las personas tienen increíbles asociaciones con ciertos sentimientos, como ansiedad, estrés, baja autoestima, culpabilidad. Entonces se trabaja desde ahí y van a ver que muchas personas que procrastinan, tienen un pensamiento común denominador: los pensamientos rumiantes y obviamente, sentimientos de culpabilidad porque procrastinan.

No empecé la dieta, que salame. Ya vamos a ver que parte de la procrastinación es el quiebre, entonces procrastinaste tu objetivo de dieta. O en tomar una decisión, a veces también, hay ciertos elementos de procrastinación.

Antes se creía que la procrastinación era pereza, pero tiene que ver con todo un tema de nuestro psiquismo. Tenemos raíces de cogniciones procrastinatorias, desde ahí vamos a ver cómo funcionamos. Pero ¿por qué pasa eso?

Hace poco hablamos de que tenemos un cerebro triuno, tres cerebros que están funcionando en uno. Este famoso cerebro triúnico armado por nuestra evolución.

Recordemos que estaba el cerebro reptiliano, que incluía el tronco del encéfalo y el cerebelo y que controla el comportamiento y el pensamiento instintivo para sobrevivir. Se lo llama reptiliano porque es el primer cerebro, de un origen reptil. Por lo tanto, ese tipo de cerebro es fundamentalmente reactivo a estímulos directos.

El segundo cerebro, que se va conformando con la evolución misma, es el cerebro límbico. Es lo que le llaman el cerebro del mamífero y en nuestra mejor evolución es el que maneja cierto origen de las emociones y las regula. También regula la memoria y las relaciones sociales.

Este sistema incluye la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo. Y va a relacionarse con otro cerebro de nuestra especie, que es el neocórtex. Igualmente, el cerebro límbico y el neocórtex están totalmente entrelazados. El neocórtex es propio de nosotros, los seres humanos, porque ahí está el sistema lógico, el sistema emocional.

Les quiero decir que procrastinar está en el cerebro límbico. Por eso, no lo manejamos nosotros.

Vamos a ver un esquema del cerebro triuno:



Fíjense que lo que nosotros no manejamos, el cerebro reptiliano y el cerebro límbico, toman el 85% de nuestras decisiones y el que manejamos solo el 15%.

Por eso, cuando en su momento nosotros explicábamos que no somos seres racionales, somos seres emocionales que a veces pensamos. Acá está la justificación.

Esto nos da la posibilidad de conocernos, para después comprender al prójimo.

La amígdala cerebral se activa cuando vos procrastinás, recordemos que es la misma glándula que activa distintas funciones del miedo y la ansiedad.

Por eso, las sensaciones del procrastinar, porque cuando uno procrastina aparecen sensaciones muy interesantes en el cuerpo:

Primero, la culpabilidad, pero es una sensación muy parecida al miedo, es como una sensación de castigo y después el pensamiento rumiante. Todas generan estrés y ahora vamos a ver por qué pasa eso.

Nosotros a nivel psicológico tenemos distintos tipos de sesgos, ya hemos visto los sesgos cognitivos que son un montón. El procrastinar es el mejor ejemplo de un sesgo, que se llama el sesgo del presente.

¿Qué es el sesgo del presente?

Es la necesidad imperiosa de mi mente de hacer las cosas a corto plazo, en vez de a mediano y largo plazo.

Por eso sale el límbico, y el límbico trabaja fuertemente con lo cercano. No fuimos diseñados para mirar a mediano y a largo plazo. Por eso, todo es a corto plazo. De ahí que procrastinamos y tenemos una tendencia a ello.

Cuando uno procrastina entra en un ciclo de procrastinación y le cuesta realizar una buena toma de decisiones, y cada vez el procrastinar te va a generar un pensamiento rumiante, y te crea un nivel de estrés muy alto hacia el futuro. ¿Qué es lo que pasa ahí? Justamente, la amígdala se activa, que es la glándula que activa todos los elementos del miedo y es un detector de amenaza. Entonces, yo procrastino porque de alguna manera siento una amenaza y ahí es donde tiene que ver con la autoestima. Por lo tanto, la procrastinación, es un asunto de emociones, ni de productividad, ni de holgazanería, ni tampoco es un tema de manejo de tiempos correctos. Porque por más que tengas la mejor planificación, la mejor agenda, adentro nuestra emoción dice: no lo hago y procrastino.

Nuestro cerebro naturalmente está buscando recompensas y esas recompensas son inmediatas. Y van a ver que uno tiene círculos de recompensa inmediata o gratificación inmediata, porque mi cerebro emocionalmente las busca.

El químico que genera la amígdala, no es la amígdala en sí, sino las distintas hormonas que activan y generan corticoide, adrenalina, etc. Y esas sensaciones hacen que uno se vaya acostumbrando a eso.

El procrastinar es la lucha entre el cerebro neocórtex y el cerebro límbico. Porque el límbico te quiere llevar a la recompensa inmediata y el racional te dice: no, vamos al mediano y largo plazo.

Hay tres tipos de procrastinadores y depende de cada perfil psicológico del procrastinador.



Tipos de procrastinación como factor de mayor peso

1.- Expectativa o nivel de confianza.

Este tipo de procrastinador su expectativa tiene que ver con un tema de exceso de optimismo o lo contrario. El exceso de optimismo tiene que ver con esperar que ocurra un milagro. No hago nada, pero todo se va acomodar. Exceso de optimismo, pienso que esto es fácil, y en vez de prepararte para hacer esa acción, no te preparás nada e intentás hacerlo faltando tres minutos. Por eso, el optimismo. No analizás las dificultades que puede generar tal o cual tarea, o sea esta falacia de planificación que existe. Calibra mal lo que sería un análisis de desempeño. Es tratar de llegar al éxito con la mínima implicación posible. Quiero llegar al éxito y no hago nada. Es como una recompensa al mínimo esfuerzo. Entonces, es como generar un espiral no existente.

Ahora también puede ir por lo contrario, por un defecto de confianza. Entonces, procrastinaste porque te cuesta enfrentar eso. No sé, no creo que pueda. Ni tocás el libro.

2.- Valoración.

Es la propensión al aburrimiento y tiene que ver con la motivación o no motivación que te genera esa tarea. Esas tareas que no te gustan hacer, especialmente aquellas tareas que son repetitivas, monótonas, sencillas. Hay mucha gente que empieza a procrastinar. Y ahí es donde uno entra en esto de la valoración, empiezan todos estos temas del aburrimiento y en la sensación del que genera el aburrimiento. Procrastinás en hacer eso.

3.- Impulsividad.

Es un elemento central de cualquier trabajo, interno. La impulsividad es: ahhh me como el pastel.

Uno diría: ¿podemos tener las tres? Sí. Ahí el cerebro límbico estaría funcionando en todo su potencial, el neocórtex no lo pudo frenar.



¿Cómo trabajo cada cosa?

Para el de expectativa, tiene que ver con el optimismo o pesimismo, ese nivel de confianza, y la auto estima trabaja mucho. Para aquellos que tienen pesimismo o no tienen autoconfianza, hay que trabajar la espiral del éxito. ¿Qué es esta espiral?

Justamente, hacer pequeñas cosas que te conduzcan a sentir esa sensación. Cuando vos hacés esas pequeñas cosas, el sistema límbico lo recibe y tu sistema emocional te empieza a generar confianza. Por lo tanto, ves que ese empeño, esa energía que vos ponés en ese lugar genera logros.

Por eso es muy importante trabajarlo en aquellas personas que tienen este problema. Metas cortas para que pueda motivarse, y generar nivel de confianza.

Para aquel que tiene excesiva confianza, es preveer lo peor. Al revés, sí claro. Soy un campeón, no. Pensá que no lo sos y armá una estrategia pensando que sos un cuadrado caminando. En donde tenés que hacerte responsable, sabiendo que hay imprevistos que pueden hacer que por más que vos te creas el campeón, pueden hacer que no llegues a ese objetivo.

Entonces, acá la procrastinación sucede porque en vez de empezar desde el día 1 a estudiar, procrastinan porque empiezan el 27 para dar el día 30.

Y el otro por defecto es por miedo. Yo no puedo. Y va pasando el tiempo y llega el día del exámen.

Ahora vamos al de valoración, que es la propensión al aburrimiento. Acá la clave es convertir esa tarea que aburre en una tarea como si fuera un juego, establecer metas, jugá con eso. No te quedes con la imagen de que esto es una porquería. Generá diversión en esa tarea. No te pongas con una idea preconcebida. Si te cansa, porque cuando uno está aburrido el cansancio es una excusa, una espina que te tira y te cuesta el doble realizar cada tarea, en esta circunstancia uno debe tratar de cargarse de energía. Hay un montón de métodos, desde la meditación, o voy a correr una vueltita así estoy energizado, etc.

En general, si uno quiere procrastinar, debe hacerlo bien. Porque si hablamos de cargarnos de energía, uno puede decir: me voy a tomar quince minutos o me voy a tomar este día para desconectarme. Y a partir del día dos, arranco con todo. Ahora, no debemos entrar en el juego de decir: me tomo un día, bueno me tomo dos, etc. Porque ahí procrastinaste y entraste en el círculo no virtuoso de la procrastinación.

Y en realidad, procrastinar bien significa, fijate una meta y seguí. No procrastino sin objetivo claro. Armo mi esquema de procrastinación. Eso ya lo manejo yo. El neocórtex tomó control del límbico. Esto en una dieta sería el permitido.

Ante esas tareas aburridas darte esos pequeños premios, inclusive felicitarse a uno mismo. Vencí esto, la verdad qué campeón.

La realidad que, con el tema de valoración, el mejor de los mundos es hacer que tu pasión sea tu vocación. Entonces trabajás, si uno tuviera que ver una relación laboral, en forma ilimitada. Y ahí uno no se cansa, no porque tenga una habilidad mágica, sino que mi pasión terminó siendo mi vocación. Sé que no es muy fácil a veces hacerlo, pero si uno pudiera hacerlo no está mal meditarlo. Y si no lo podés hacer, buscá un hobby, buscate ese momento para decir guaaa. Que moviliza como primer motor a ese segundo motor que hacés algo aburrido. Pero que de alguna manera te genera algún bienestar, que puede ser económico o lo que sea.

La impulsividad es ese elemento central de la procrastinación, sobre todo cuando hay metas largas, que te agarra ese impulso de salir de adicciones, dietas, hacer gym, etc. Acá lo más importante es tratar de trabajar la impulsividad para no entrar en la procrastinación. Cuando uno habla de impulsividad a grandes rasgos es prevenir las tentaciones.

Tenés que armarte desde el neocórtex un pre compromiso que ya te va estableciendo, sé que voy a ver la torta, pero no voy a tentarme con ella.

También hay que utilizar en nuestro beneficio la atención, que sería aprender a manejar esas distracciones que tenemos. Uno debe valerse de la atención.

La procrastinación es un fenómeno complejo, tiene todo un tema fuertemente emocional.

Entonces, les voy a dar algunos tips rápidos para salir de la procrastinación y de los distintos estados de procrastinación. Uno puede tener uno, dos o todos y uno sabrá cuál manejar.



Métodos generales para salir de la procrastinación

1.- Regla de los 10 minutos o de los 30 minutos.


Después de una actividad que está planificada y que te demanda mucha energía, tómense 5, 10, 30 minutos para romper eso que están haciendo. Pero ya establecido y una vez que cumplieron los 10 minutos, ya el minuto 11 arrancan sí o sí.

Entonces, uno tiene el ejercicio de saber, que después de accionar dos horas, voy a llegar a mi momento de procrastinación (regulada por mi neocórtex, o sea mi persona) en donde voy a tener ese descanso. Y lo tengo.

2.- Arrancar con el primer paso.

Cuando existe resistencia ante cualquier evento a realizar avancen con el primer paso. Ej.: Tengo que empezar una dieta. Arranco el lunes. ¡No! Empezá ahora. No esperes al lunes, porque estás procrastinando.

3.- Crear buenos hábitos de esa rutina.

A veces uno tiene tareas rutinarias que aburren, como lo hemos visto antes y la realidad que, ante esta tarea, lo que te va a ayudar es a crear buenos hábitos de esa rutina. Generate un premio de la rutina, trabajo 8 horas en esta oficina que es horrible! Y ¿cómo te vas a premiar cuando salís? Premiate en esa rutina.

4.- Toma de decisiones.

A veces, uno ralentiza una decisión por un motivo u otro, siempre tiene que haber algo emocional. Obviamente, el método de meditación de esa decisión es importante. Pero que no sea una rutina de tomarte mucho tiempo. Date un pequeño tiempo y después tomá la decisión. Porque lo peor que te puede pasar es que te equivoques. Pero una vez que empezaste a caminar, seguí caminando desandando ese camino. O vas por el camino, o cambiás el camino. El problema es quedarse quieto. Entonces estás ahí. Por lo tanto, dejás de procrastinar porque accionaste. Lo peor es no moverse, quedarse en el mismo lugar.

5.- Aprender a decir que no.

Porque si uno tiene el sí fácil, termina teniendo un montón de cosas que te aplastan, te llenás de un cúmulo de cosas por no decir: esto no lo puedo hacer o aprender a delegar.

Entonces no te cargás, porque sino procrastinás por obligación. Tengo 100 mil tareas, pero me cargue 800 mil. Aprendé a decir que no.

6.- No tengas miedo en dejar las cosas.

O en abandonar, pero ¿eso no es procrastinar? No. Lo abandonás. Este proyecto no me cierra. Y eso no significa procrastinar, significa reorganizar. Esto que hacía tiene un fin. Bueno, dale fin.

7.- Gestionar bien la energía y no tu tiempo.

Si vos estás de mal humor, estás agotado, tus probabilidades de procrastinar son muy altas. Entonces, si vos tenés una buena actitud, manejás bien esa no procrastinación. Ahora si vos no tenés buena actitud, no hay tiempo que alcance.

Hacé ejercicio, descansá lo suficiente, etc. Si no tenés el descanso correcto no vas a hacer las cosas, porque el sistema límbico se va a activar y vas a procrastinar.

8.- Escriban o lean pensamientos positivos.

No se queden con lo negativo, lo negativo te lleva a la peor complicación del ser. Elaboren el pensamiento positivo, edúquense con el pensamiento positivo. Porque fuimos educados con el pensamiento negativo. Cuando una persona tiende a la procrastinación, es muy, muy, muy útil para salir de la procrastinación, reunirse con gente virtuosa que no procrastina.

Ej.: cuando hay 4 chicos que no procrastinan y ponen a procrastinar, ese empieza a tener el hábito de no procrastinar.

Cuando estás con gente que come saludable, no te queda más remedio que comer saludable, por empatía.

9.- Organizarse en tareas pequeñas y concretas.

Para un proyecto grande, traten de dividir y organizarse de una manera que sean tareas pequeñas y concretas para llegar a ese lugar de meta. Porque eso generará motivaciones y; por lo tanto, te impulsa hacia adelante.

10.- Hacé que sea divertido.

Divertite, aunque sea aburrido y rutinario, y sino generás una actividad extra afuera. La diversión es importante, por eso uno dice divertirte. Uno de los enemigos del aprendizaje es no divertirse cuando uno va aprendiendo. Si te divertís generás un sistema inconsciente dentro del emocional muy fuerte.

11.- Uno debe ser claro con uno mismo.

Tener ideas claras y para con el otro, también ser claro con lo que digo. Uno tiene gente alrededor que procrastina, claridad. Ayudarlo con la claridad de la palabra. O tener la claridad del diálogo interno.

Ahora, es importante a veces revisar los objetivos, porque a veces pueden llegar a cambiar estos objetivos. Entonces eso no sería procrastinar, sino rearmar la estrategia correcta para esta etapa, o para este evento o para estos eventos. Entonces, reordeno y continuo.

Pero el reordenamiento no puede tomar mucho tiempo, porque eso sería procrastinar.

Reordenate, cambiá.



Taller: "Como evitar procrastinar"
Sábado 4 de Junio 2022
A cargo del Profesor Claudio Marzan.




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