Está presente en todos los grupos sociodemográficos, pero menos extendida entre los más educados y económicamente seguros
Cuestión cultural
La variación a nivel de país en la prevalencia de las creencias de brujería está sistemáticamente vinculada a una serie de características culturales, institucionales, psicológicas y socioeconómicas, escribe el autor de esta investigación en su artículo.
Añade que, de acuerdo con su función hipotética de mantener el orden y la cohesión en ausencia de mecanismos de gobierno efectivos, la creencia en la brujería está más extendida en países con instituciones débiles, y se correlacionan positivamente con la cultura conformista y el sesgo de grupo.
El sesgo de grupo se produce cuando las posiciones iniciales de los miembros individuales de un grupo son exageradas hacia una posición más extrema, precisamente por encontrarse en un grupo.
Fractura social
Entre los costos potenciales documentados de las creencias de brujería se encuentran las relaciones sociales interrumpidas, altos niveles de ansiedad y una visión pesimista del mundo, señala el autor de este estudio, Boris Gershman, de la Universidad Americana en Washington.
Gershman es un economista que ha estado interesado durante mucho tiempo en la conexión entre los negocios y la creencia en las brujas, porque investiga la relación entre la cultura y la economía.
En su estudio actual, Gershman muestra el alcance del fenómeno: mientras que en Suecia solo el nueve por ciento de los encuestados al azar cree en las maldiciones, en Túnez la cifra es del 90 por ciento. A nivel global la media es del 43%.
Mapa que refleja la prevalencia por países de las creencias de brujería en todo el mundo. Boris Gershman, 2022.
Desconfianza social
Insiste en que, tal como se ha documentado en estudios anteriores, las creencias en la brujería y los miedos relacionados, están asociados con la erosión del capital social, incluida la disminución de la cooperación y de la ayuda mutua, la desconfianza y una falta general de interacciones sociales amistosas.
Es decir, de los datos aportados en este estudio puede deducirse una correlación negativa entre el nivel de creencia en la brujería de una sociedad y su nivel de cohesión.
El estudio también destaca que la prevalencia de creencias en la brujería está asociada a cinco tipos de desgracias: desastres naturales, sequía agrícola, enfermedades, conflictos armados y desempleo, atribuidas a efectos perversos de la brujería. Mala cosa en los tiempos que corren.
El autor termina su artículo explicando que es necesario tener en cuenta las creencias sociales en la brujería a la hora de adoptar políticas que se propongan un desarrollo de la población basado en evidencias (y no en creencias).
Asimismo, destaca la importancia de centrarse en la educación, la modernización y la promoción de una cosmovisión científica, como soluciones al problema de la brujería.
El 43 por ciento de la población mundial cree en la capacidad de la brujería para causar daños por medios sobrenaturales, especialmente enfermedades, sequías, guerras y desempleo. Esta creencia provoca relaciones sociales interrumpidas, altos niveles de ansiedad y una visión pesimista del mundo. Mala cosa en los tiempos que corren.
Más del 40 por ciento de la población mundial cree en el poder de la brujería, entendida como la capacidad de ciertas personas de causar daño intencionalmente a través de medios sobrenaturales, según una investigación que encuestó a 140.000 personas de 95 países, cuyos resultados se publican en PLOS ONE.
Los datos provienen de encuestas personales y telefónicas realizadas por el Pew Research Center, así como de encuestas profesionales realizadas entre 2008 y 2017, que incluían preguntas sobre creencias religiosas y la brujería.
Según este estudio, las creencias sobre la brujería afectan a todos los grupos sociodemográficos, pero están menos extendidas entre los más educados y económicamente seguros.
Más del 40 por ciento de la población mundial cree en el poder de la brujería, entendida como la capacidad de ciertas personas de causar daño intencionalmente a través de medios sobrenaturales, según una investigación que encuestó a 140.000 personas de 95 países, cuyos resultados se publican en PLOS ONE.
Los datos provienen de encuestas personales y telefónicas realizadas por el Pew Research Center, así como de encuestas profesionales realizadas entre 2008 y 2017, que incluían preguntas sobre creencias religiosas y la brujería.
Según este estudio, las creencias sobre la brujería afectan a todos los grupos sociodemográficos, pero están menos extendidas entre los más educados y económicamente seguros.
Cuestión cultural
La variación a nivel de país en la prevalencia de las creencias de brujería está sistemáticamente vinculada a una serie de características culturales, institucionales, psicológicas y socioeconómicas, escribe el autor de esta investigación en su artículo.
Añade que, de acuerdo con su función hipotética de mantener el orden y la cohesión en ausencia de mecanismos de gobierno efectivos, la creencia en la brujería está más extendida en países con instituciones débiles, y se correlacionan positivamente con la cultura conformista y el sesgo de grupo.
El sesgo de grupo se produce cuando las posiciones iniciales de los miembros individuales de un grupo son exageradas hacia una posición más extrema, precisamente por encontrarse en un grupo.
Fractura social
Entre los costos potenciales documentados de las creencias de brujería se encuentran las relaciones sociales interrumpidas, altos niveles de ansiedad y una visión pesimista del mundo, señala el autor de este estudio, Boris Gershman, de la Universidad Americana en Washington.
Gershman es un economista que ha estado interesado durante mucho tiempo en la conexión entre los negocios y la creencia en las brujas, porque investiga la relación entre la cultura y la economía.
En su estudio actual, Gershman muestra el alcance del fenómeno: mientras que en Suecia solo el nueve por ciento de los encuestados al azar cree en las maldiciones, en Túnez la cifra es del 90 por ciento. A nivel global la media es del 43%.
Mapa que refleja la prevalencia por países de las creencias de brujería en todo el mundo. Boris Gershman, 2022.
Al menos 1.000 millones de personas
En general, un cálculo simple basado en los datos de la población adulta arroja que cerca de mil millones de personas, en solo 95 de los 197 países del mundo, creen en la brujería, destaca Gershman en su artículo.
Advierte asimismo que las encuestas realizadas no incluyeron a China e India, las naciones más pobladas del mundo, y que brindan una cobertura bastante pobre del Este y Sureste de Asia.
Esto no significa, según el autor, que las creencias sobre brujería sean irrelevantes en estas y otras regiones no representadas en la muestra, como lo deja claro la literatura etnográfica, por ejemplo, en los casos de India, el sudeste asiático y Melanesia (Oceanía).
A pesar de estas limitaciones, el estudio deja clara constancia de que las creencias de brujería son un fenómeno global contemporáneo que no se limita a unas pocas áreas seleccionadas y, en segundo lugar, que existe una variación sustancial en su prevalencia, tanto en las diferentes regiones del mundo como dentro de ellas, sentencia Gershman.
En general, un cálculo simple basado en los datos de la población adulta arroja que cerca de mil millones de personas, en solo 95 de los 197 países del mundo, creen en la brujería, destaca Gershman en su artículo.
Advierte asimismo que las encuestas realizadas no incluyeron a China e India, las naciones más pobladas del mundo, y que brindan una cobertura bastante pobre del Este y Sureste de Asia.
Esto no significa, según el autor, que las creencias sobre brujería sean irrelevantes en estas y otras regiones no representadas en la muestra, como lo deja claro la literatura etnográfica, por ejemplo, en los casos de India, el sudeste asiático y Melanesia (Oceanía).
A pesar de estas limitaciones, el estudio deja clara constancia de que las creencias de brujería son un fenómeno global contemporáneo que no se limita a unas pocas áreas seleccionadas y, en segundo lugar, que existe una variación sustancial en su prevalencia, tanto en las diferentes regiones del mundo como dentro de ellas, sentencia Gershman.
Desconfianza social
Insiste en que, tal como se ha documentado en estudios anteriores, las creencias en la brujería y los miedos relacionados, están asociados con la erosión del capital social, incluida la disminución de la cooperación y de la ayuda mutua, la desconfianza y una falta general de interacciones sociales amistosas.
Es decir, de los datos aportados en este estudio puede deducirse una correlación negativa entre el nivel de creencia en la brujería de una sociedad y su nivel de cohesión.
El estudio también destaca que la prevalencia de creencias en la brujería está asociada a cinco tipos de desgracias: desastres naturales, sequía agrícola, enfermedades, conflictos armados y desempleo, atribuidas a efectos perversos de la brujería. Mala cosa en los tiempos que corren.
El autor termina su artículo explicando que es necesario tener en cuenta las creencias sociales en la brujería a la hora de adoptar políticas que se propongan un desarrollo de la población basado en evidencias (y no en creencias).
Asimismo, destaca la importancia de centrarse en la educación, la modernización y la promoción de una cosmovisión científica, como soluciones al problema de la brujería.
Fuente LEVANTE