El origen de la Luna no habría sido progresivo dentro de un disco de escombros alrededor de la Tierra, sino de forma abrupta y rápida.
La Luna Se Formó Instantáneamente Tras Una Colisión Masiva, Según Un Nuevo Estudio
¿Cómo se formó exactamente nuestra Luna?
La Luna Se Formó Instantáneamente Tras Una Colisión Masiva, Según Un Nuevo Estudio
¿Cómo se formó exactamente nuestra Luna?
Hace unos 4.450 millones de años, 150 millones de años después de que se formara el sistema solar, la Tierra fue golpeada por un objeto del tamaño de Marte llamado Tea. La colisión del hipotético planeta Tea del sistema solar primitivo podría no haber tenido nada que ver con la formación de la Luna, sugiere un nuevo estudio recogido en la revista The Astrophysical Journal Letters.
El cosmos está lleno de colisiones: los impactos son una parte esencial de cómo se forman y evolucionan los cuerpos planetarios. Desde la década de 1970, los astrónomos han sospechado que la luna se creó cuando un protoplaneta gigante llamado Tea golpeó la Tierra, pero las investigaciones, que se han prolongado durante décadas, nunca han sido concluyentes. Este modelo ha sido cuestionado al observar la composición geológica de la superficie de la Luna. Las rocas lunares que regresaron de la misión Apolo tienen una composición isotópica similar a la del manto de la Tierra. Sin embargo, las simulaciones de la colisión con Tea sugieren que un impacto de esa naturaleza haría que la mayoría de los desechos se originaran en Tea no en la Tierra. El resultado, es que la teoría es inconsistente.
Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Durham afirma en su nuevo trabajo que el colosal impacto colocó inmediatamente a la luna en órbita alrededor de la Tierra y no fue un proceso paulatino producto de la nube de escombros que acabaron originando un satélite (nuestro satélite natural).
Simulaciones informáticas
Una nueva simulación presenta una teoría alternativa: la Luna podría haberse formado inmediatamente, incluso en cuestión de horas, cuando el material de la Tierra y Tea se lanzaron directamente a la órbita después del impacto.
El equipo usó un código de simulación de código abierto para ejecutar cientos de escenarios de impacto diferentes. Concretamente, las simulaciones utilizadas se ejecutaron utilizando el código SWIFT de código abierto llevado a cabo en el servicio intensivo de memoria DiRAC (Distributed Research Utilizing Advanced Computing) ("COSMA"), alojado por la Universidad de Durham. en nombre de la instalación de computación de alto rendimiento de DiRAC. Al alterar el ángulo, la velocidad, las masas y las rotaciones de los dos objetos, contemplaron cuáles eran los escenarios que se ajustaban más a la historia de la formación de nuestro satélite, y concluyeron que la formación inmediata tras una gran colisión podría ser la más probable.
“Esta ruta de formación podría ayudar a explicar la similitud en la composición isotópica entre las rocas lunares devueltas por los astronautas del Apolo y el manto de la Tierra. También puede haber consecuencias observables para el grosor de la corteza lunar, lo que nos permitiría precisar aún más el tipo de colisión que tuvo lugar”, comentó Vincent Eke, experto en Cosmología Computacional en Durham.
"Esto abre una gama completamente nueva de posibles puntos de partida para la evolución de la Luna", explicó Jacob Kegerreis, investigador postdoctoral en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, California, y autor principal del artículo. "Comenzamos este proyecto sin saber exactamente cuáles serían los resultados de estas simulaciones de alta resolución. Entonces, además de la gran revelación de que las resoluciones estándar pueden aportarnos respuestas engañosas, fue muy emocionante que los nuevos resultados pudieran incluir un tentador satélite similar a la Luna en órbita".
Los investigadores esperan que los hallazgos fomenten más investigaciones sobre la composición y la estructura interna de la Luna. "Las numerosas misiones lunares que se avecinan deberían revelar nuevas pistas sobre qué tipo de impacto gigante condujo a la Luna, lo que a su vez nos informará sobre la historia de la Tierra", concluyeron los investigadores.
El cosmos está lleno de colisiones: los impactos son una parte esencial de cómo se forman y evolucionan los cuerpos planetarios. Desde la década de 1970, los astrónomos han sospechado que la luna se creó cuando un protoplaneta gigante llamado Tea golpeó la Tierra, pero las investigaciones, que se han prolongado durante décadas, nunca han sido concluyentes. Este modelo ha sido cuestionado al observar la composición geológica de la superficie de la Luna. Las rocas lunares que regresaron de la misión Apolo tienen una composición isotópica similar a la del manto de la Tierra. Sin embargo, las simulaciones de la colisión con Tea sugieren que un impacto de esa naturaleza haría que la mayoría de los desechos se originaran en Tea no en la Tierra. El resultado, es que la teoría es inconsistente.
Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de Durham afirma en su nuevo trabajo que el colosal impacto colocó inmediatamente a la luna en órbita alrededor de la Tierra y no fue un proceso paulatino producto de la nube de escombros que acabaron originando un satélite (nuestro satélite natural).
Simulaciones informáticas
Una nueva simulación presenta una teoría alternativa: la Luna podría haberse formado inmediatamente, incluso en cuestión de horas, cuando el material de la Tierra y Tea se lanzaron directamente a la órbita después del impacto.
El equipo usó un código de simulación de código abierto para ejecutar cientos de escenarios de impacto diferentes. Concretamente, las simulaciones utilizadas se ejecutaron utilizando el código SWIFT de código abierto llevado a cabo en el servicio intensivo de memoria DiRAC (Distributed Research Utilizing Advanced Computing) ("COSMA"), alojado por la Universidad de Durham. en nombre de la instalación de computación de alto rendimiento de DiRAC. Al alterar el ángulo, la velocidad, las masas y las rotaciones de los dos objetos, contemplaron cuáles eran los escenarios que se ajustaban más a la historia de la formación de nuestro satélite, y concluyeron que la formación inmediata tras una gran colisión podría ser la más probable.
“Esta ruta de formación podría ayudar a explicar la similitud en la composición isotópica entre las rocas lunares devueltas por los astronautas del Apolo y el manto de la Tierra. También puede haber consecuencias observables para el grosor de la corteza lunar, lo que nos permitiría precisar aún más el tipo de colisión que tuvo lugar”, comentó Vincent Eke, experto en Cosmología Computacional en Durham.
"Esto abre una gama completamente nueva de posibles puntos de partida para la evolución de la Luna", explicó Jacob Kegerreis, investigador postdoctoral en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Silicon Valley, California, y autor principal del artículo. "Comenzamos este proyecto sin saber exactamente cuáles serían los resultados de estas simulaciones de alta resolución. Entonces, además de la gran revelación de que las resoluciones estándar pueden aportarnos respuestas engañosas, fue muy emocionante que los nuevos resultados pudieran incluir un tentador satélite similar a la Luna en órbita".
Los investigadores esperan que los hallazgos fomenten más investigaciones sobre la composición y la estructura interna de la Luna. "Las numerosas misiones lunares que se avecinan deberían revelar nuevas pistas sobre qué tipo de impacto gigante condujo a la Luna, lo que a su vez nos informará sobre la historia de la Tierra", concluyeron los investigadores.
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