Esta tecnología estaría al alcance de una civilización más avanzada y estaría dejando huellas detectables
Agujeros negros de laboratorio
Lo que sugiere la nueva teoría es que una supuesta civilización extraterrestre medianamente avanzada tendría la capacidad tecnológica de generar agujeros negros microscópicos y de utilizarlos como potentes ordenadores cuánticos.
Esos agujeros negros serían la herramienta más efectiva y universal para procesar y almacenar información cuántica, explican los investigadores.
Se podrían formar en laboratorio como resultado de colisiones de partículas de alta energía en sofisticados aceleradores que en la actualidad solo podemos imaginar.
Los aceleradores que conocemos son enormes, el mayor tiene 27 kilómetros de longitud, pero investigadores de Stanford han concebido el más pequeño: es un chip que mide la mitad del grueso de un cabello humano.
Agujero computacional
Si realmente una civilización galáctica más avanzada que la nuestra dispusiera de esa capacidad tecnológica, hipotéticamente podría usar los pequeños agujeros negros de laboratorio con fines computacionales.
Ahora bien, si ese es el caso, tendríamos la posibilidad de rastrear su presencia, aseguran los autores de esta teoría.
Utilizar agujeros negros, por muy pequeños que sean, con fines computacionales, implica generar la radiación de Hawking propia de los enormes agujeros negros, algo que científicos de la Universidad de Ámsterdam ya han conseguido replicar en laboratorio. No debería ser complicado conseguirlo también por una civilización más avanzada que la nuestra.
Muchas partículas detectables
La radiación de Hawking se produce naturalmente en el horizonte de sucesosde un agujero negro debido a efectos cuánticos denominados fluctuaciones cuánticas del vacío.
Este proceso produce la emisión neta de radiación por parte del agujero negro y la aparición de muchas especies diferentes de partículas subatómicas (como neutrinos y fotones) que serían detectables por los instrumentos modernos (en particular por el observatorio de neutrinos IceCube, ubicado en el Polo Sur).
El flujo de neutrinos de muy alta energía producido por el uso de agujeros negros artificiales provendría tanto de la radiación de Hawking como de los "colisionadores de partículas" necesarios para la producción de estos agujeros negros, destacan los investigadores.
Tercera dimensión
Estos flujos de partículas dibujan la tercera dimensión de esta sugerente propuesta: si hay una civilización más avanzada que la nuestra (primera suposición) y se vale de agujeros negros sintéticos para procesar información mediante computación cuántica (segunda suposición), entonces se abre una oportunidad inesperada para detectar esa actividad (tercera suposición), porque esa actividad deja una huella que está al alcance de nuestras tecnologías de detección.
Esta teoría ofrece así una nueva vía a la búsqueda de inteligencia extraterrestre, que se ha centrado históricamente en localizar firmas tecnológicas de radio.
“No importa cuán avanzada sea una civilización o cuán diferente sea la composición y la química de sus partículas de las nuestras. Estamos unificados por las leyes de la física cuántica y la gravedad. Estas leyes nos dicen que los reservorios más eficientes de información cuántica son los agujeros negros”, explican los dos físicos a Universe Today.
Añaden que, según modelos, las civilizaciones avanzadas se caracterizan no tanto por su dominio físico del espacio exterior (galaxias, planetas, sistema solar, etc.), sino sobre todo por el conocimiento del espacio interior, tanto a escala molecular como atómica y cuántica.
Este espacio íntimo del universo sería el lugar idóneo para nuestro encuentro con otras civilizaciones, según esta teoría, que ha sido publicada en arXiv y propuesta para publicación en el International Journal of Astrobiology.
Civilizaciones extraterrestres podrían estar usando agujeros negros sintéticos como ordenadores cuánticos y generando partículas que se pueden detectar. Una nueva investigación plantea reorientar la búsqueda SETI para seguir estas firmas tecnológicas.
Una nueva teoría ha venido a sobresaltar la búsqueda de inteligencia extraterrestre, en la que estamos empeñados desde los años sesenta del siglo pasado.
La teoría, propuesta por Gia Dvali, físico teórico del Instituto de Física Max Planck de Múnich, y Zaza Osmanov, profesor de física de la Universidad Libre de Tbilisi e investigador del Observatorio Astrofísico Nacional de Georgia Kharadze, demuestra que una civilización extraterrestre puede estar usando agujeros negros como ordenadores cuánticos.
Un agujero negro es una región del espacio-tiempo con un campo gravitatorio tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar. Es el condensador de información cuántica más eficiente, enfatizan los investigadores.
Un ordenador cuántico es una tecnología de vanguardia que estamos empezando a desarrollar en la Tierra y que usa las propiedades de los sistemas cuánticos para procesar la información, algo que hace naturalmente un agujero negro.
Una nueva teoría ha venido a sobresaltar la búsqueda de inteligencia extraterrestre, en la que estamos empeñados desde los años sesenta del siglo pasado.
La teoría, propuesta por Gia Dvali, físico teórico del Instituto de Física Max Planck de Múnich, y Zaza Osmanov, profesor de física de la Universidad Libre de Tbilisi e investigador del Observatorio Astrofísico Nacional de Georgia Kharadze, demuestra que una civilización extraterrestre puede estar usando agujeros negros como ordenadores cuánticos.
Un agujero negro es una región del espacio-tiempo con un campo gravitatorio tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar. Es el condensador de información cuántica más eficiente, enfatizan los investigadores.
Un ordenador cuántico es una tecnología de vanguardia que estamos empezando a desarrollar en la Tierra y que usa las propiedades de los sistemas cuánticos para procesar la información, algo que hace naturalmente un agujero negro.
Agujeros negros de laboratorio
Lo que sugiere la nueva teoría es que una supuesta civilización extraterrestre medianamente avanzada tendría la capacidad tecnológica de generar agujeros negros microscópicos y de utilizarlos como potentes ordenadores cuánticos.
Esos agujeros negros serían la herramienta más efectiva y universal para procesar y almacenar información cuántica, explican los investigadores.
Se podrían formar en laboratorio como resultado de colisiones de partículas de alta energía en sofisticados aceleradores que en la actualidad solo podemos imaginar.
Los aceleradores que conocemos son enormes, el mayor tiene 27 kilómetros de longitud, pero investigadores de Stanford han concebido el más pequeño: es un chip que mide la mitad del grueso de un cabello humano.
Agujero computacional
Si realmente una civilización galáctica más avanzada que la nuestra dispusiera de esa capacidad tecnológica, hipotéticamente podría usar los pequeños agujeros negros de laboratorio con fines computacionales.
Ahora bien, si ese es el caso, tendríamos la posibilidad de rastrear su presencia, aseguran los autores de esta teoría.
Utilizar agujeros negros, por muy pequeños que sean, con fines computacionales, implica generar la radiación de Hawking propia de los enormes agujeros negros, algo que científicos de la Universidad de Ámsterdam ya han conseguido replicar en laboratorio. No debería ser complicado conseguirlo también por una civilización más avanzada que la nuestra.
Muchas partículas detectables
La radiación de Hawking se produce naturalmente en el horizonte de sucesosde un agujero negro debido a efectos cuánticos denominados fluctuaciones cuánticas del vacío.
Este proceso produce la emisión neta de radiación por parte del agujero negro y la aparición de muchas especies diferentes de partículas subatómicas (como neutrinos y fotones) que serían detectables por los instrumentos modernos (en particular por el observatorio de neutrinos IceCube, ubicado en el Polo Sur).
El flujo de neutrinos de muy alta energía producido por el uso de agujeros negros artificiales provendría tanto de la radiación de Hawking como de los "colisionadores de partículas" necesarios para la producción de estos agujeros negros, destacan los investigadores.
Tercera dimensión
Estos flujos de partículas dibujan la tercera dimensión de esta sugerente propuesta: si hay una civilización más avanzada que la nuestra (primera suposición) y se vale de agujeros negros sintéticos para procesar información mediante computación cuántica (segunda suposición), entonces se abre una oportunidad inesperada para detectar esa actividad (tercera suposición), porque esa actividad deja una huella que está al alcance de nuestras tecnologías de detección.
Esta teoría ofrece así una nueva vía a la búsqueda de inteligencia extraterrestre, que se ha centrado históricamente en localizar firmas tecnológicas de radio.
“No importa cuán avanzada sea una civilización o cuán diferente sea la composición y la química de sus partículas de las nuestras. Estamos unificados por las leyes de la física cuántica y la gravedad. Estas leyes nos dicen que los reservorios más eficientes de información cuántica son los agujeros negros”, explican los dos físicos a Universe Today.
Añaden que, según modelos, las civilizaciones avanzadas se caracterizan no tanto por su dominio físico del espacio exterior (galaxias, planetas, sistema solar, etc.), sino sobre todo por el conocimiento del espacio interior, tanto a escala molecular como atómica y cuántica.
Este espacio íntimo del universo sería el lugar idóneo para nuestro encuentro con otras civilizaciones, según esta teoría, que ha sido publicada en arXiv y propuesta para publicación en el International Journal of Astrobiology.
Fuente LEVANTE