El Telescopio Webb habría identificado al primer planeta oceánico: podría contener alguna forma de vida

También es la primera ocasión en la que se descubren moléculas basadas en carbono en la atmósfera de un exoplaneta ubicado en la zona habitable de su sistema

Un mundo con una atmósfera rica en hidrógeno y un profundo océano de agua líquida que abarca toda la extensión del planeta habría sido identificado gracias a datos aportados por el Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA y la ESA: ubicado a solo 110 años luz de distancia de la Tierra, en la zona habitable de una estrella enana roja, sería el primer planeta oceánico confirmado hasta hoy. Otro dato clave es que los científicos detectaron metano, dióxido de carbono y una débil señal de sulfuro de dimetilo (DMS) en la atmósfera del exoplaneta, lo que sugiere la posibilidad de actividad biológica.

Un equipo internacional de astrónomos liderado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, ha utilizado datos del Telescopio Espacial James Webb de la NASA y la ESA para descubrir metano y dióxido de carbono en la atmósfera de K2-18 b, un exoplaneta localizado en la zona habitable de su estrella, la enana roja K2-18. Los resultados son consistentes con una superficie cubierta por un enorme océano, debajo de una atmósfera rica en hidrógeno. Sería el primer planeta oceánico confirmado hasta hoy, una categoría que por el momento era solo hipotética.

La vida extraterrestre podría estar oculta en los planetas oceánicos

Las lunas oceánicas como Europa, perteneciente al planeta Júpiter, o Encelado, satélite natural de Saturno, entre otras, son candidatas firmes en el Sistema Solar a albergar alguna forma de vida microbiana en sus océanos subterráneos. Sin embargo, junto al estudio de estas lunas, los astrónomos han sostenido por mucho tiempo que podrían existir planetas oceánicos extrasolares: mundos que orbitan otras estrellas diferentes al Sol y que podrían estar cubiertos por gigantescos océanos superficiales.

Ahora, un nuevo estudio presentado recientemente en un evento denominado The First Year of JWST Science Conference, y aprobado para su próxima publicación en The Astrophysical Journal Letters, concluye que el exoplaneta K2-18 b, ubicado a solo 110 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Leo, sería el primer planeta oceánico identificado hasta el momento. El análisis se basa en datos de los detectores NIRSpec y NIRISS, a bordo del JWST, que son sensibles a la luz del infrarrojo cercano.

A partir de estos datos, los investigadores identificaron metano y dióxido de carbono en la atmósfera de K2-18 b: es la primera vez que se descubren moléculas basadas en carbono en la atmósfera de un exoplaneta ubicado en la zona habitable de su estrella. Al mismo tiempo, la información es consistente con la presencia de un gran océano que cubre toda la superficie del planeta extrasolar, por debajo de una atmósfera dominada por hidrógeno.

Al mismo tiempo, los científicos también identificaron otra señal más débil en la atmósfera de K2-18 b, que podría ser provocada por una molécula llamada sulfuro de dimetilo (DMS). Según una nota de prensa, en la Tierra el DMS es producido únicamente por la actividad biológica, principalmente por la vida microbiana como el fitoplancton marino. En consecuencia, esto incrementa considerablemente las posibilidades de que K2-18 b esté habitado por alguna forma de vida microbiana.

Los astrónomos de Cambridge han utilizado datos del Telescopio Espacial James Webb para descubrir metano y dióxido de carbono en la atmósfera de K2-18 b, un exoplaneta con una superficie oceánica bajo una atmósfera rica en hidrógeno. Créditos: Universidad de Cambridge / YouTube.
Una nueva comprensión del Universo

Como estos resultados son preliminares, el equipo ahora tiene la intención de realizar una investigación de seguimiento para validar sus hallazgos, utilizando el espectrógrafo del instrumento de infrarrojo medio (MIRI) del Telescopio Webb, para explorar la atmósfera de K2-18 b en busca de más firmas químicas reveladoras llamadas biomarcadores, que podrían confirmar potencialmente la presencia de actividad biológica.

"Nuestro objetivo final es identificar vida en un exoplaneta habitable, lo que transformaría nuestra comprensión de nuestro lugar en el Universo. Estos hallazgos son un primer paso prometedor en esta dirección", indicó en el comunicado el profesor Nikku Madhusudhan, autor principal del nuevos estudio.

Más allá de este objetivo final, el descubrimiento permite vislumbrar un planeta que no se parece a nada conocido en nuestro Sistema Solar, planteando interesantes perspectivas sobre mundos potencialmente habitables en otras partes del Universo.

Fuente LEVANTE



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