Parrish se convirtió en un fenómeno global al ofrecerse como voluntaria para ser la pionera en un experimento que ha demostrado ser altamente prometedor
En la era actual, una de las revoluciones más destacadas es la búsqueda de la longevidad y el retraso del proceso de envejecimiento. Este deseo ancestral de vivir eternamente está dando pasos agigantados, y no es sorprendente que la inteligencia artificial desempeñe un papel crucial en muchas de estas iniciativas. Una figura que ha emergido como protagonista en este campo es Liz Parrish, una empresaria de 52 años cuya apariencia desafía la lógica.
Parrish se ha convertido en un fenómeno global al ofrecerse como voluntaria para ser la pionera en un experimento que ha demostrado ser altamente prometedor. Los resultados hasta ahora indican que su edad biológica se ha reducido a asombrosos 21 años, a pesar de su edad cronológica real. En esencia, se ha convertido en la "paciente cero" de su propio proyecto de búsqueda de la inmortalidad.
Resultados asombrosos
A pesar de la falta de validación científica oficial, los resultados reportados por Liz Parrish son notables. Según informó el diario El Mundo, cuando tenía 44 años, su edad biológica se situaba en 65 años. Sin embargo, tras iniciar el tratamiento, logró recuperar su edad cronológica en tan solo un año.
Desde entonces, ha seguido reduciendo su edad biológica hasta los actuales 21 años, aunque su objetivo final es alcanzar los 18 años. Además de la terapia génica, complementa su tratamiento con una dieta y ejercicios adecuados, incluyendo la restricción calórica, que ha demostrado retrasar el envejecimiento en estudios con roedores.
Estudios científicos y la búsqueda de la eterna juventud
La lucha contra el envejecimiento y la búsqueda de la inmortalidad se han convertido en dos frentes clave en la investigación actual. Mientras algunos creen que la inmortalidad podría ser una realidad en las próximas décadas, otros consideran que podría tomar siglos alcanzar ese objetivo.
En cualquier caso, la inversión de fortunas por parte de multimillonarios como Jeff Bezos, fundador de Amazon, en empresas biotecnológicas como Altos Labs, que se especializan en la programación celular y la reversión del envejecimiento, demuestra que la búsqueda de la eterna juventud continúa cautivando a la humanidad.
En la era actual, una de las revoluciones más destacadas es la búsqueda de la longevidad y el retraso del proceso de envejecimiento. Este deseo ancestral de vivir eternamente está dando pasos agigantados, y no es sorprendente que la inteligencia artificial desempeñe un papel crucial en muchas de estas iniciativas. Una figura que ha emergido como protagonista en este campo es Liz Parrish, una empresaria de 52 años cuya apariencia desafía la lógica.
Parrish se ha convertido en un fenómeno global al ofrecerse como voluntaria para ser la pionera en un experimento que ha demostrado ser altamente prometedor. Los resultados hasta ahora indican que su edad biológica se ha reducido a asombrosos 21 años, a pesar de su edad cronológica real. En esencia, se ha convertido en la "paciente cero" de su propio proyecto de búsqueda de la inmortalidad.
El sendero hacia la inmortalidad
Dentro de este fascinante panorama, existen numerosos proyectos impulsados por gurús y multimillonarios, algunos más serios que otros. Además, se están llevando a cabo investigaciones rigurosas para comprender cómo frenar y, posiblemente, revertir el proceso de envejecimiento. Uno de estos proyectos se denomina "Blueprint", que incorpora la inteligencia artificial en su enfoque.
Sin embargo, el proyecto que está generando más conversación y atención es el liderado por Liz Parrish. Su experimentación con terapia génica en su propio cuerpo ha arrojado resultados sorprendentes y llenos de esperanza.
Tiene 52 años pero sigue un estudio para revertir el envejecimiento y tiene ya 21 años biológicos
Los fundamentos de su investigación
El punto de partida de la investigación de Parrish se originó en su preocupación por las enfermedades humanas, especialmente después de que su hijo fuera diagnosticado con diabetes tipo 1. Esto la motivó a explorar cómo las terapias génicas podrían combatir estas afecciones y otras más.
A través de su empresa de biotecnología, BioViva Science, Parrish se somete a terapias génicas con el objetivo de retrasar el proceso de envejecimiento y, naturalmente, mejorar su salud en general. Hasta ahora, ha logrado reducir su edad biológica a 21 años, un logro notable en sí mismo.
Es importante destacar que su estudio aún no ha sido respaldado científicamente, a diferencia de otros proyectos de investigación. Parrish se enfoca en la telomerasa para estabilizar el genoma, reducir la senescencia y potencialmente prevenir el cáncer, además de la folistatina, que mejora la masa muscular. También utiliza el klotho, una enzima que optimiza las funciones cerebrales y contrarresta el daño causado por el estrés oxidativo, como parte de su tratamiento.
Dentro de este fascinante panorama, existen numerosos proyectos impulsados por gurús y multimillonarios, algunos más serios que otros. Además, se están llevando a cabo investigaciones rigurosas para comprender cómo frenar y, posiblemente, revertir el proceso de envejecimiento. Uno de estos proyectos se denomina "Blueprint", que incorpora la inteligencia artificial en su enfoque.
Sin embargo, el proyecto que está generando más conversación y atención es el liderado por Liz Parrish. Su experimentación con terapia génica en su propio cuerpo ha arrojado resultados sorprendentes y llenos de esperanza.
Tiene 52 años pero sigue un estudio para revertir el envejecimiento y tiene ya 21 años biológicos
Los fundamentos de su investigación
El punto de partida de la investigación de Parrish se originó en su preocupación por las enfermedades humanas, especialmente después de que su hijo fuera diagnosticado con diabetes tipo 1. Esto la motivó a explorar cómo las terapias génicas podrían combatir estas afecciones y otras más.
A través de su empresa de biotecnología, BioViva Science, Parrish se somete a terapias génicas con el objetivo de retrasar el proceso de envejecimiento y, naturalmente, mejorar su salud en general. Hasta ahora, ha logrado reducir su edad biológica a 21 años, un logro notable en sí mismo.
Es importante destacar que su estudio aún no ha sido respaldado científicamente, a diferencia de otros proyectos de investigación. Parrish se enfoca en la telomerasa para estabilizar el genoma, reducir la senescencia y potencialmente prevenir el cáncer, además de la folistatina, que mejora la masa muscular. También utiliza el klotho, una enzima que optimiza las funciones cerebrales y contrarresta el daño causado por el estrés oxidativo, como parte de su tratamiento.
Resultados asombrosos
A pesar de la falta de validación científica oficial, los resultados reportados por Liz Parrish son notables. Según informó el diario El Mundo, cuando tenía 44 años, su edad biológica se situaba en 65 años. Sin embargo, tras iniciar el tratamiento, logró recuperar su edad cronológica en tan solo un año.
Desde entonces, ha seguido reduciendo su edad biológica hasta los actuales 21 años, aunque su objetivo final es alcanzar los 18 años. Además de la terapia génica, complementa su tratamiento con una dieta y ejercicios adecuados, incluyendo la restricción calórica, que ha demostrado retrasar el envejecimiento en estudios con roedores.
Estudios científicos y la búsqueda de la eterna juventud
La lucha contra el envejecimiento y la búsqueda de la inmortalidad se han convertido en dos frentes clave en la investigación actual. Mientras algunos creen que la inmortalidad podría ser una realidad en las próximas décadas, otros consideran que podría tomar siglos alcanzar ese objetivo.
En cualquier caso, la inversión de fortunas por parte de multimillonarios como Jeff Bezos, fundador de Amazon, en empresas biotecnológicas como Altos Labs, que se especializan en la programación celular y la reversión del envejecimiento, demuestra que la búsqueda de la eterna juventud continúa cautivando a la humanidad.
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