Científicos de todo el mundo están entrenando una IA especial que dibuja lo que estás imaginando en ese momento.
El mundo de la inteligencia artificial (IA) está en constante evolución y parece que cada día nos encontramos con un avance nuevo que nos deja boquiabiertos. ¿Una inteligencia artificial que recrea imágenes vistas por los seres humanos empleando exclusivamente ondas cerebrales? Así funciona esta nueva IA que está siendo entrenada por investigadores de todas partes del planeta con el objetivo de crear toda una industria asociada al análisis cerebral. El potencial de esta IA es monumental.
Hace unos meses ya conocimos el primer hito en este camino por parte de científicos de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) que convirtieron pensamientos humanos en texto. En dicho estudio, cuyo objetivo era explorar la posibilidad de decodificar los pensamientos humanos utilizando tecnología de inteligencia artificial, pidieron a tres participantes que escucharan historias mientras se les realizaba una resonancia magnética.
Tras el experimento, los investigadores afirmaron que podían generar los pensamientos de los participantes sin necesidad de estimulación cerebral utilizando un modelo de IA personalizado similar a ChatGPT para analizar la actividad cerebral de los participantes durante el experimento. El modelo pudo identificar patrones en la actividad cerebral y traducirlos a texto, dando una idea de lo que estaban pensando los sujetos en ese momento.
Lado bueno, lado malo
Aunque la tecnología es aún rudimentaria podría suponer una auténtica disrupción tanto a nivel creativo como lúdico en el futuro. Pero hay mucho más.
La investigación tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión del cerebro humano y marca un camino a seguir en lo que puede ser una revolución para el panorama práctico-médico. Por ejemplo, podría transformar la forma en que los profesionales se comunican con los pacientes que no pueden verbalizar sus pensamientos o incluso explorar los intrincados mecanismos detrás de los sueños y las alucinaciones para todo tipo de pacientes, lo que podría conducir a tratamientos innovadores para toda suerte de enfermedades psiquiátricas.
¿El lado negativo? Pues que también podrían darse aplicaciones oscuras y abusivas por parte de terceros, al existir la posibilidad de poder acceder a asuntos (o incluso fantasías) absolutamente privadas de cada individuo. Series y películas de ciencia ficción como Black Mirror ya han explorado en el pasado las consecuencias de que gobiernos, empresas o individuos con malas intenciones tengan acceso a algo tan privado como esto pudiendo mercantilizar dicha información o abusar de la misma.
El mundo de la inteligencia artificial (IA) está en constante evolución y parece que cada día nos encontramos con un avance nuevo que nos deja boquiabiertos. ¿Una inteligencia artificial que recrea imágenes vistas por los seres humanos empleando exclusivamente ondas cerebrales? Así funciona esta nueva IA que está siendo entrenada por investigadores de todas partes del planeta con el objetivo de crear toda una industria asociada al análisis cerebral. El potencial de esta IA es monumental.
Hace unos meses ya conocimos el primer hito en este camino por parte de científicos de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos) que convirtieron pensamientos humanos en texto. En dicho estudio, cuyo objetivo era explorar la posibilidad de decodificar los pensamientos humanos utilizando tecnología de inteligencia artificial, pidieron a tres participantes que escucharan historias mientras se les realizaba una resonancia magnética.
Tras el experimento, los investigadores afirmaron que podían generar los pensamientos de los participantes sin necesidad de estimulación cerebral utilizando un modelo de IA personalizado similar a ChatGPT para analizar la actividad cerebral de los participantes durante el experimento. El modelo pudo identificar patrones en la actividad cerebral y traducirlos a texto, dando una idea de lo que estaban pensando los sujetos en ese momento.
Un logro monumental
Ahora, contamos con un nuevo e importante salto científico al transformar con éxito la actividad del cerebro humano en imágenes visuales utilizando también inteligencia artificial. El equipo que ha logrado este hito está liderado por expertos de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología Cuánticas y la Universidad de Osaka (Japón) y han usado una tecnología conocida como “decodificación cerebral” que traspasa los límites de la ciencia neuronal y el potencial de la IA en la atención médica y las comunicaciones.
Dicha tecnología de "decodificación cerebral", permite la visualización de contenidos perceptivos basados en la actividad cerebral y podría aplicarse a los campos médico y de bienestar, afirman los autores.
"Es un logro monumental en el que los humanos hemos ‘mirado’ dentro de la cabeza de otra persona por primera vez”, explica el investigador principal del proyecto, Kei Majima, en su trabajo publicado en la revista Neural Networks.
Para obtener los primeros resultados, los investigadores contaron con un grupo de participantes a los que se les mostraron 1.200 imágenes de objetos y paisajes (un camión de bomberos rojo, un edificio gris, un jirafa comiendo hojas...) mientras estaban dentro de una máquina de resonancia magnética. La relación entre sus señales cerebrales y las imágenes se analizó y cuantificó mediante imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). El mismo grupo de imágenes fue introducida en el modelo de inteligencia artificial generativa para conocer su correspondencia con la actividad cerebral.
Más tarde, cuando a los sujetos se les mostraron nuevas imágenes en la resonancia magnética funcional, el sistema detectó las ondas cerebrales del paciente, generó una descripción abreviada de a qué cree que correspondían esas ondas cerebrales y utilizó un generador de imágenes de IA para producir un facsímil de lo que creía haber visto el participante.
La imagen generada resultante coincidió con los atributos (color, forma, etc.) y el significado semántico de la imagen original aproximadamente el 84% de las veces. Una de esas imágenes fue la de un leopardo, con una boca, orejas y un patrón de manchas totalmente reconocibles. A diferencia de otros intentos anteriores, esta novedosa técnica permite visualizaciones más complejas, como animales y objetos, tal y como han probado los resultados del experimento. Entre otras reconstrucciones detalladas también se encontraba una imagen de un avión con luces rojas en las alas.
Ahora, contamos con un nuevo e importante salto científico al transformar con éxito la actividad del cerebro humano en imágenes visuales utilizando también inteligencia artificial. El equipo que ha logrado este hito está liderado por expertos de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología Cuánticas y la Universidad de Osaka (Japón) y han usado una tecnología conocida como “decodificación cerebral” que traspasa los límites de la ciencia neuronal y el potencial de la IA en la atención médica y las comunicaciones.
Dicha tecnología de "decodificación cerebral", permite la visualización de contenidos perceptivos basados en la actividad cerebral y podría aplicarse a los campos médico y de bienestar, afirman los autores.
"Es un logro monumental en el que los humanos hemos ‘mirado’ dentro de la cabeza de otra persona por primera vez”, explica el investigador principal del proyecto, Kei Majima, en su trabajo publicado en la revista Neural Networks.
Para obtener los primeros resultados, los investigadores contaron con un grupo de participantes a los que se les mostraron 1.200 imágenes de objetos y paisajes (un camión de bomberos rojo, un edificio gris, un jirafa comiendo hojas...) mientras estaban dentro de una máquina de resonancia magnética. La relación entre sus señales cerebrales y las imágenes se analizó y cuantificó mediante imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI). El mismo grupo de imágenes fue introducida en el modelo de inteligencia artificial generativa para conocer su correspondencia con la actividad cerebral.
Más tarde, cuando a los sujetos se les mostraron nuevas imágenes en la resonancia magnética funcional, el sistema detectó las ondas cerebrales del paciente, generó una descripción abreviada de a qué cree que correspondían esas ondas cerebrales y utilizó un generador de imágenes de IA para producir un facsímil de lo que creía haber visto el participante.
La imagen generada resultante coincidió con los atributos (color, forma, etc.) y el significado semántico de la imagen original aproximadamente el 84% de las veces. Una de esas imágenes fue la de un leopardo, con una boca, orejas y un patrón de manchas totalmente reconocibles. A diferencia de otros intentos anteriores, esta novedosa técnica permite visualizaciones más complejas, como animales y objetos, tal y como han probado los resultados del experimento. Entre otras reconstrucciones detalladas también se encontraba una imagen de un avión con luces rojas en las alas.
Lado bueno, lado malo
Aunque la tecnología es aún rudimentaria podría suponer una auténtica disrupción tanto a nivel creativo como lúdico en el futuro. Pero hay mucho más.
La investigación tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión del cerebro humano y marca un camino a seguir en lo que puede ser una revolución para el panorama práctico-médico. Por ejemplo, podría transformar la forma en que los profesionales se comunican con los pacientes que no pueden verbalizar sus pensamientos o incluso explorar los intrincados mecanismos detrás de los sueños y las alucinaciones para todo tipo de pacientes, lo que podría conducir a tratamientos innovadores para toda suerte de enfermedades psiquiátricas.
¿El lado negativo? Pues que también podrían darse aplicaciones oscuras y abusivas por parte de terceros, al existir la posibilidad de poder acceder a asuntos (o incluso fantasías) absolutamente privadas de cada individuo. Series y películas de ciencia ficción como Black Mirror ya han explorado en el pasado las consecuencias de que gobiernos, empresas o individuos con malas intenciones tengan acceso a algo tan privado como esto pudiendo mercantilizar dicha información o abusar de la misma.
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