El papel clave de la bioelectricidad en el desarrollo y reparación del cerebro


Una nueva investigación muestra por primera vez que las señales bioeléctricas entre las células controlan el desarrollo cerebral embrionario y transmiten instrucciones. Lo descubierto en el estudio también indica que manipular convenientemente estas señales puede hacer posible reparar defectos genéticos e inducir el desarrollo de tejido cerebral sano en lugares donde habitualmente no crece. 

El estudio, llevado a cabo por el equipo de Michael Levin, de la Universidad Tufts en el campus de Medford/Somerville, de Massachusetts, Estados Unidos, revela que la señalización bioeléctrica regula la actividad de dos factores de reprogramación celular (proteínas que pueden convertir a células adultas en células madre), los cuales fueron analizados por primera vez en embriones de la rana Xenopus laevis, la cual comparte muchos rasgos evolutivos con los humanos. 

Levin y sus colegas han constatado que en el embrión las células se comunican, incluso desde grandes distancias, usando señales bioeléctricas, y que usan esta información para saber dónde formar un cerebro y cuán grande debería ser este. Las señales no sirven solo de interruptor con el que activar un proceso sino que portan instrucciones. 

Levin utiliza el ordenador como analogía: “Las señales bioeléctricas no son solo el interruptor que enciende o apaga el ordenador, permitiéndole pasivamente realizar sus funciones. En realidad transportan información importante, funcionando como el software que gobierna al ordenador para que lleve a término actividades complejas”.

Estas señales bioeléctricas son aplicadas a través de cambios en la diferencia de voltaje entre las membranas celulares y los patrones de voltajes diferenciales entre regiones anatómicas. 

Esta nueva investigación ha demostrado asimismo la validez de técnicas moleculares para lograr un control artificial de este sistema de comunicación bioeléctrica y forzar al cuerpo a generar nuevo tejido cerebral en otros lugares, así como arreglar malformaciones cerebrales causadas por defectos genéticos. Esto significa, en palabras de Levin, que puede ser factible inducir el crecimiento de nuevo tejido cerebral para compensar defectos de nacimiento o lesiones cerebrales.

Fuente NCYT


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