Un análisis de observaciones de nubes, efectuadas desde satélite, indica que las rutas de tormentas (las zonas marítimas relativamente estrechas por las que las tormentas se desplazan empujadas por los vientos) se están trasladando paulatinamente hacia los polos y que las zonas subtropicales áridas se están expandiendo. Además, la porción más alta de cada nube tiende a estar cada vez más arriba en la atmósfera.
Las observaciones analizadas confirman los modelos climáticos por ordenador que indicaban que estos cambios han tenido lugar durante las últimas décadas como consecuencia de la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernadero generados por actividades humanas.
Los resultados obtenidos por el equipo de Joel Norris, del Instituto Scripps de Investigación, en La Jolla, California, Estados Unidos, constituyen la primera demostración creíble de que los cambios en las nubes pronosticados por dichos modelos y por las teorías climáticas más aceptadas están ocurriendo ya.
Estos cambios en las nubes aumentan la absorción de radiación solar por la Tierra y reducen la emisión de radiación térmica desde ella hacia el espacio. Esto agrava el calentamiento global causado por el incremento de las concentraciones de gases con efecto invernadero.
Con los papeles simultáneos que las nubes desempeñan en el enfriamiento y en el calentamiento del planeta (reflejando la radiación de vuelta al espacio pero también atrapando la energía solar en sus estructuras), se encuentran entre las variables más importantes del clima.
Su complejo comportamiento ha sido una de las áreas más grandes de incertidumbre para los científicos que intentan conocer los entresijos del clima actual y pronosticar las tendencias futuras.
Fuente NCYT