Posible influencia sobre el Sol ejercida por un planeta más lejano que los conocidos


El Noveno Planeta, uno todavía no descubierto al que se supone situado en el borde del sistema solar y que fue pronosticado en enero de 2016 a raíz de una investigación de Konstantin Batygin y Mike Brown, del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en la ciudad estadounidense de Pasadena, parece ser el responsable de una misteriosa anomalía en nuestro sistema solar.

Todos los planetas orbitan en un mismo plano "horizontal" respecto al Sol, con diferencias aproximadas entre sí de un par de grados. Ese plano, sin embargo, gira con una inclinación de seis grados respecto al Sol, dando la apariencia de que la propia estrella esté torcida con ese ángulo. Hasta ahora, nadie había encontrado una explicación convincente que produzca tal efecto. “Es un misterio tan profundamente arraigado y tan difícil de explicar que simplemente no se habla sobre ello”, confiesa Brown.

La inclinación del plano orbital del sistema solar ha desconcertado desde hace tiempo a los astrónomos debido al modo en que se acepta que se formaron los planetas: como "grumos" desprendidos de una nube giratoria en forma de disco contrayéndose lentamente, con el resultado final de la condensación de los grumos en objetos más densos, los planetas, siguiendo órbitas alrededor de la estrella.

Ese Noveno Planeta aún no observado tendría unas 10 veces el tamaño de la Tierra y su órbita estaría 20 veces más lejos del Sol en promedio que la de Neptuno.

El equipo de Elizabeth Bailey, del Caltech, cree que el momento angular del Noveno Planeta está teniendo una notable influencia sobre el sistema solar debido a su ubicación y tamaño. El momento angular de un planeta es igual a la masa del objeto multiplicada por su distancia al Sol, y se corresponde con la fuerza que el planeta ejerce sobre el giro general del sistema. Dado que los otros planetas en el sistema solar se hallan solo a lo largo de un plano horizontal, su momento angular permite que todo el disco gire de forma homogénea.

Recreación artística del Noveno Planeta. Se cree que es gaseoso, parecido a Urano y Neptuno. Unos hipotéticos relámpagos iluminan su lado nocturno en esta imagen. (Ilustración: Caltech/R. Hurt (IPAC))

Pero la órbita inusual del Noveno Planeta añade un "bamboleo" cuyo efecto puede ser bien perceptible después de varios miles de millones de años. Matemáticamente, dado el tamaño y la distancia teorizados para el citado planeta, una inclinación de seis grados como la observada encaja perfectamente.

La siguiente pregunta, entonces, es cómo alcanzó el Noveno Planeta su órbita inusual. Aunque ello aún debe determinarse, Batygin sugiere que pudo ser eyectado del vecindario de los gigantes gaseosos por Júpiter, o quizás pudo ser influenciado por el tirón gravitatorio de otros cuerpos estelares en el pasado remoto del sistema solar.

Fuente NCYT


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