Doctores en una unidad de cuidados intensivos de Canadá se han encontrado con un caso muy extraño – cuando se retiro el soporte vital de cuatro pacientes terminales, uno de ellos mostró actividad cerebral persistente, incluso después de haber sido declarado clínicamente muerto.
Durante más de 10 minutos, después de que los doctores confirmaron la muerte a través de un rango de observaciones, incluyendo la ausencia de pulso y pupilas no reactivas, el paciente parecía experimentar el mismo tipo de ondas cerebrales (ondas delta) que tenemos al dormir.
En un paciente, las ondas delta persistieron después de que el ritmo cardiaco y la presión sanguínea arterial se detuvieron, reportó el equipo de la Universidad Occidental de Ontario en Canadá.
También descubrieron que la muerte podría ser una experiencia única para cada individuo, notando que en los electroencefalogramas frontales de los cuatro pacientes, los registros de su actividad cerebral mostraron pocas similitudes antes y después de la muerte.
Puedes observar los escáneres cerebrales de los cuatro pacientes a continuación, mostrando el momento de muerte clínica en Time 0, o cuando el corazón se detuvo unos minutos después de que el soporte vital fue retirado:
La actividad cerebral amarilla es lo que analizaron en éstas imágenes (mira una versión más grande aquí) y puedes ver que en tres de cuatro pacientes esta actividad fue desapareciendo al mismo tiempo que el latido del corazón – incluso en el paciente 2 sucedió 10 minutos antes que la muerte clínica.
Pero por alguna razón, el paciente 4 muestra evidencia de ráfagas de ondas delta por 10 minutos y 38 segundos después de que el latido del corazón dejara de latir.
Hasta el momento, los investigadores no han podido definir por qué se dio esta actividad, y esto solo nos muestra lo complicado que es comprender lo que sucede en el cuerpo cuando morimos.
Durante más de 10 minutos, después de que los doctores confirmaron la muerte a través de un rango de observaciones, incluyendo la ausencia de pulso y pupilas no reactivas, el paciente parecía experimentar el mismo tipo de ondas cerebrales (ondas delta) que tenemos al dormir.
En un paciente, las ondas delta persistieron después de que el ritmo cardiaco y la presión sanguínea arterial se detuvieron, reportó el equipo de la Universidad Occidental de Ontario en Canadá.
También descubrieron que la muerte podría ser una experiencia única para cada individuo, notando que en los electroencefalogramas frontales de los cuatro pacientes, los registros de su actividad cerebral mostraron pocas similitudes antes y después de la muerte.
Puedes observar los escáneres cerebrales de los cuatro pacientes a continuación, mostrando el momento de muerte clínica en Time 0, o cuando el corazón se detuvo unos minutos después de que el soporte vital fue retirado:
La actividad cerebral amarilla es lo que analizaron en éstas imágenes (mira una versión más grande aquí) y puedes ver que en tres de cuatro pacientes esta actividad fue desapareciendo al mismo tiempo que el latido del corazón – incluso en el paciente 2 sucedió 10 minutos antes que la muerte clínica.
Pero por alguna razón, el paciente 4 muestra evidencia de ráfagas de ondas delta por 10 minutos y 38 segundos después de que el latido del corazón dejara de latir.
Hasta el momento, los investigadores no han podido definir por qué se dio esta actividad, y esto solo nos muestra lo complicado que es comprender lo que sucede en el cuerpo cuando morimos.
Fuente MUY INTERESANTE