No sirve de mucho negar un comportamiento inapropiado. Algunas evidencias neurocientíficas apuntan a que el secreto está en la competencia conductual (y neurobiológica) por la consolidación de estos hábitos en las redes cerebrales encargadas de procesarlos.
Todos dependemos de los hábitos para realizar tareas rutinarias, como comer y dormir. A medida que se forman nuevos hábitos, esto nos permite hacer las cosas automáticamente, sin pensar, con optimización de recursos.
Un estudio reciente sobre este tema señaló que cuando el cerebro comienza a desarrollar un nuevo hábito, en menos de medio segundo, una región llamada cuerpo estriado dorsolateral experimenta un breve impulso de actividad. Esta explosión de actividad aumenta a medida que el hábito se fortalece.
Fuente ALFA OMEGA MC