Identificadas las neuronas que mantienen nuestros pensamientos oculto

Neuronas específicas nos permiten identificar y anticipar las creencias y pensamientos ocultos de los demás. Se trata de una capacidad vital a la hora de desarrollar relaciones sociales.

Unas neuronas individuales son las responsables del complejo razonamiento social en humanos, según un reciente estudio de neurocientíficos estadounidenses. Cada una de ellas realiza diferentes tareas, pero al combinar su actividad logramos reconocer y predecir las creencias y pensamientos ocultos de otras personas. Esta habilidad es crucial para nuestro desenvolvimiento social.

Un grupo de especialistas liderado por Ziv Williams, profesor asociado de neurocirugía en la Escuela de Medicina de Harvard, ha logrado identificar las neuronas individuales críticas para el razonamiento social humano. Según una nota de prensa, se trata de un proceso cognitivo que nos obliga a reconocer los pensamientos ocultos de otras personas. El estudio se ha publicado en la revista Nature.

De acuerdo a los científicos, la compleja red neuronal del razonamiento social puede funcionar como un todo integrado y, al mismo tiempo, trabajar por unidades separadas y especializadas.

Es que cada neurona codifica diferentes bits de información, pero al combinar los cálculos de todas las neuronas se obtiene una representación detallada y precisa del contenido de las creencias y pensamientos de otra persona. Al mismo tiempo, la red neuronal brinda una predicción exacta sobre el carácter de dichas creencias, separándolas entre verdaderas o falsas.

Aunque en el proceso mencionado previamente el sistema funciona como un todo, integrando la tarea de cada neurona individual, al mismo tiempo existe una especialización muy clara.

Los científicos identificaron neuronas que se activan únicamente al evaluar que una creencia es falsa, otras que crean representaciones de elementos, algunas que realizan varias funciones al mismo tiempo y otras que separan los pensamientos propios de los ajenos, por ejemplo.

Funciones especializadas

Precisamente una de las cuestiones que destaca a este estudio de investigaciones previas es que anteriormente se habían identificado grupos de neuronas relacionadas con el razonamiento social, pero no habían podido separarse neuronas individuales con funciones específicas.

Las neuronas individuales, incluso dentro de un área muy pequeña del cerebro, realizan tareas muy diferentes. Según explican los investigadores, al no poder profundizar en los cálculos de neuronas específicas es muy complejo construir una comprensión de los procesos cognitivos que subyacen al comportamiento social humano.

En el estudio, los científicos trabajaron con voluntarios a los cuales se les colocaron microelectrodos en la corteza prefrontal dorsomedial. Los dispositivos registraron el comportamiento de las neuronas individuales mientras las personas escuchaban historias y respondían preguntas sobre ellas.

Además, los participantes tuvieron que hacer inferencias y análisis en torno a las creencias de otros luego de escuchar cada historia.

El registro de la actividad neuronal permitió comprobar la presencia de neuronas individuales que codifican de manera confiable información sobre las creencias de los demás, en escenarios muy variados. Dichas neuronas distinguen las representaciones relacionadas con creencias propias de aquellas que provienen de otras personas.

Según los neurocientíficos, el seguimiento de la dinámica de codificación muestra la forma en la cual las neuronas representan el contenido de las creencias de los demás y, al mismo tiempo, predicen con exactitud si las mismas son verdaderas o falsas.

Aplicaciones e importancia

Ahora, la nueva investigación permitirá arrojar luz sobre aspectos específicos que moldean la forma en la cual nos relacionamos con otras personas y entendemos sus pensamientos y creencias.

Por ejemplo, esta habilidad es muy importante para distinguir diferentes trastornos mentales y del comportamiento, en los cuales las personas afectadas registran inconvenientes para comprender las actitudes y pensamientos de los demás, generando graves problemas de adaptación social.

Más allá de su importancia neurocientífica, comprender a fondo el razonamiento social es vital en múltiples campos y especialidades como el desarrollo infantil, la economía o la sociología. Al mismo tiempo, permitirá desarrollar tratamientos más efectivos para patologías relacionadas, como los trastornos del espectro autista.




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